Reseña - "Las palabras muertas" de Juan Carlos Mato Amaya
Sinopsis
Nuria Egea, una joven estudiante, desaparece
en extrañas circunstancias. Las agentes de la
Guardia Civil Laura Moix y Sandra García se
hacen cargo de la investigación.
Paralelamente, Alicia Ramírez, psicóloga
del instituto donde Nuria cursa sus
estudios, se ve en la necesidad de ayudar
a un paciente suyo, Daniel Pedraza. Debido
a ello, llega a sus manos un libro titulado
"Las palabras muertas". A raíz de su lectura,
Alicia se verá inmersa en el descubrimiento
de una verdad difícil de asimilar y que afectará
a todos de manera trágica.
en extrañas circunstancias. Las agentes de la
Guardia Civil Laura Moix y Sandra García se
hacen cargo de la investigación.
Paralelamente, Alicia Ramírez, psicóloga
del instituto donde Nuria cursa sus
estudios, se ve en la necesidad de ayudar
a un paciente suyo, Daniel Pedraza. Debido
a ello, llega a sus manos un libro titulado
"Las palabras muertas". A raíz de su lectura,
Alicia se verá inmersa en el descubrimiento
de una verdad difícil de asimilar y que afectará
a todos de manera trágica.
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"Muchos afirmarían que las palabras
escritas no son más que eso:
palabras muertas; pero no lo están, fingen estarlo mientras
esperan el momento de atacar a su nueva víctima".
Cuando un libro permanece cerrado, sus personajes permanecen
dentro, tranquilos y sin vida. Después de ser leído, estos forman
parte de tu vida, te los puedes encontrar por la calle desde unos
ojos que te han mirado cientos de veces, pero que ahora reclaman
tu atención diciéndote que no estás solo, que son el personaje de
aquella novela y que te van a acompañar el resto de tu existencia.
También se te pueden aparecer, creerás verlos escondidos en alguna
sombra o en algún chasquido de los que acostumbran a sonar por
las noches. Tú le has dado la vida, dejándolo escapar de las páginas
y no hay ninguna fórmula para que vuelva a su morada. Cuando
abres un libro te arriesgas a simpatizar con ellos y a partir de ese
momento tu mente se amplía, tus características se transforman,
te conviertes en más sabio al mismo tiempo que se pueden mimetizar
en ti algunas de sus arrugas. Después de leer un libro todo es diferente.
"Las palabras escritas no están muertas, sólo aparentan estarlo".
Cuántas veces hemos dicho o leído de un libro cosas tan dispares,
cada lector interpreta a su manera e imagina las escenas de manera
distinta a otro: diferentes lecturas y personajes con una misma novela.
Y esto es lo que le pasa a Daniel, un estudiante inseguro que cree ver
fantasmas después de haberse sumergido entre las páginas de
"El camino hacia la verdad", un manuscrito que se apodera de sus
sueños y sus personajes le persiguen. A partir de ese momento confunde
la realidad con la ficción y todo lo que ocurre a su alrededor está de alguna
manera conectado. Lejos de asustarse intenta buscar las respuestas por
medio de sus amigos y de la psicóloga del centro donde estudia, Alicia.
La desaparición de Nuria, amiga de Daniel, hacen recaer las sospechas
en él, pero Alicia con el fin de demostrar su inocencia se ve envuelta
en la misma trama y acaba dejándose atrapar por otro libro y otros
personajes. Apoyándose en el recuerdo de los cuentos que su
abuelo convertía en sueños, será capaz de conocer e interpretar todo
lo que está sucediendo.
Una novela que nos habla de otros libros, de libreros sabios que
atesoran palabras, de miedos y sensaciones; todo ello envuelto en
misterio y con una acertada narración, de la que ya no podrás escapar
cuando la leas.
escritas no son más que eso:
palabras muertas; pero no lo están, fingen estarlo mientras
esperan el momento de atacar a su nueva víctima".
Cuando un libro permanece cerrado, sus personajes permanecen
dentro, tranquilos y sin vida. Después de ser leído, estos forman
parte de tu vida, te los puedes encontrar por la calle desde unos
ojos que te han mirado cientos de veces, pero que ahora reclaman
tu atención diciéndote que no estás solo, que son el personaje de
aquella novela y que te van a acompañar el resto de tu existencia.
También se te pueden aparecer, creerás verlos escondidos en alguna
sombra o en algún chasquido de los que acostumbran a sonar por
las noches. Tú le has dado la vida, dejándolo escapar de las páginas
y no hay ninguna fórmula para que vuelva a su morada. Cuando
abres un libro te arriesgas a simpatizar con ellos y a partir de ese
momento tu mente se amplía, tus características se transforman,
te conviertes en más sabio al mismo tiempo que se pueden mimetizar
en ti algunas de sus arrugas. Después de leer un libro todo es diferente.
"Las palabras escritas no están muertas, sólo aparentan estarlo".
Cuántas veces hemos dicho o leído de un libro cosas tan dispares,
cada lector interpreta a su manera e imagina las escenas de manera
distinta a otro: diferentes lecturas y personajes con una misma novela.
Y esto es lo que le pasa a Daniel, un estudiante inseguro que cree ver
fantasmas después de haberse sumergido entre las páginas de
"El camino hacia la verdad", un manuscrito que se apodera de sus
sueños y sus personajes le persiguen. A partir de ese momento confunde
la realidad con la ficción y todo lo que ocurre a su alrededor está de alguna
manera conectado. Lejos de asustarse intenta buscar las respuestas por
medio de sus amigos y de la psicóloga del centro donde estudia, Alicia.
La desaparición de Nuria, amiga de Daniel, hacen recaer las sospechas
en él, pero Alicia con el fin de demostrar su inocencia se ve envuelta
en la misma trama y acaba dejándose atrapar por otro libro y otros
personajes. Apoyándose en el recuerdo de los cuentos que su
abuelo convertía en sueños, será capaz de conocer e interpretar todo
lo que está sucediendo.
Una novela que nos habla de otros libros, de libreros sabios que
atesoran palabras, de miedos y sensaciones; todo ello envuelto en
misterio y con una acertada narración, de la que ya no podrás escapar
cuando la leas.
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Gracias Juan Carlos
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